UN HOMBRE SIN RELIGIÓN

UN HOMBRE SIN RELIGIÓN

Francisco caminó al lado de los olvidados, con manos abiertas y mirada de compasión. No predicó desde tronos, sino desde el dolor compartido. En un mundo que adora el éxito y olvida el alma, su vida fue un susurro de ternura y rebeldía: amar por encima de todo, sanar las heridas invisibles, y recordar que la fe verdadera habita en los gestos pequeños, no en las coronas de poder.

Violencia estatal

AJUSTE CLÁSICO, GASES MODERNOS

Argentina ha tejido su historia con crisis económicas frecuentes, algunas de ellas muy convenientes para unos pocos, y desastrosas para la mayoría, que han convertido a los jubilados en víctimas recurrentes de administradores incapaces. Desde los años 50 del siglo pasado, los fondos previsionales han sido saqueados bajo promesas de soluciones mágicas, dejando a generaciones…